domingo, 12 de febrero de 2012

Capítulo 21.

*Narra Nicol*

Al llegar a la discoteca y entrar dentro, la música se mete dentro de mí. ¿Nunca habéis sentido eso? Que el cuerpo te empieza a temblar a su ritmo, haciéndote su dueña sin poder escapar.
- Vamos primero a la barra. –Le digo.
Él solo asiente con una sonrisa y me sigue a través de la gente a empujones. Nos sentamos en unas sillas altas y llamamos al tío que está sirviendo las bebidas.
- ¿Qué queréis? –Pregunta.
Pedimos dos copas y, en un pequeño rato nos las trae. Ambos nos las tomamos casi de un trago.
- ¿Vamos a la pista? –Susurra en mi oído acariciándome suavemente una mejilla.
Asiento y nos levantamos. Entonces, comenzamos a bailar muy pegados. Jason sujeta firmemente mi cintura mientras me aferra más a él. Empieza a pasar una de sus manos por mis brazos produciéndome escalofríos y sus labios sedosos se pasean tranquilamente por mis mofletes propinando de vez en cuando algún que otro beso. De repente, una voz nos interrumpe.
- ¿Jason? –Pregunta una mujer.
Ambos giramos la cabeza. Es una chica rubia de pelo liso que le cae hasta casi la cintura, unos ojos verdes muy profundos y, lo admito, muy guapa y con un cuerpo que denominarían como ‘10’.  Por si no lo sabíais, soy muy celosa. Así que imaginaros como me siento ahora. ¿De qué conoce esta a Jason? Bueno, haber, Nicol, tranquila. No te sulfures y saltes de repente. Respira hondo. Así, bien. Relajada.
- ¿Caroline? –Pregunta, separándose de mí.
Eso me dolió. Pero bueno…
- ¡Jason! –Exclama.
Y se tira a abrazar a mi novio cual cerda en celo. Ups, lo siento, se me escapó.
- ¡Caroline! ¡Cuánto tiempo! –Grita.
Y la devuelve el abrazo cual baboso pegajoso. Ay, se me escapó de nuevo. Lo dicho, que los celos me mandan a mí, no yo a ellos.
- Sí bueno, desde que éramos pequeños. –Dice ella con voz de pito, de esas que te chirrían en la cabeza.
En serio, ¿tan mal me cae sin que ni si quiera la conozca? Bueno, tan poco es que hayamos empezado con muy buen pie…
Él suelta una carcajada.
- Cierto.
Comienzan a hablar como si yo no existiera. Estoy a punto de irme cuando Jason agarra mi muñeca.
- Ah, es verdad. Mira esta es Nicol, mi novia. –Dice sonriendo.
Nos presenta y siguen hablando mientras que bailamos. Cuando los dos señoritos se cansan, nos sentamos en uno sillones algo apartados para hablar mejor. De vez en cuando me meten en la conversación, aunque sigo pensando que sinceramente, sobre ahí. Me iría, pero no pienso dejar a mi novio con ella.

Pasan unos minutos, tal vez una hora y necesito ir al baño. Decido confiar en Jason.
- Oye, yo voy al servicio. Luego vuelvo, ¿si?
Ellos asienten y yo voy a mear. Tardo como unos cinco minutos y salgo. Voy a donde estábamos antes, pero no están. Una preocupación me invade de repente. No, Nicol, tranquila. Habrán ido a bailar. Estamos en una discoteca. Les busco, pero no los encuentro. Comienzo a respirar más rápido. Pienso en todas las cosas que me han pasado con Jason. El día que nos conocimos. Cuando me defendió de aquel borracho. Cuando me ‘secuestró’ para protegerme. Venirnos a Alaska para estar juntos siempre y felices. Seguro que no ha pasado nada…
Me encuentro algo mareada. La cabeza me da vueltas. Entre el alcohol, la música tan alta, la gente, el calor y mis sentimientos ya no sé que hacer. Me doy la vuelta, y siento que un edificio ha caído sobre mí. Escombros y escombros. Mi respiración se agita y mis ojos se empañan, con las lágrimas amenazando con salir. ¿Qué…? Pero, ¿cómo…? Entro en shock unos segundos. Vuelvo a la realidad y analizo la imagen mientras mi corazón se rompe en un millón de pedacitos que se caen al suelo.
Sí, Jason y Caroline se están besando mientras que mi ‘novio’ le toca el culo. Camino hacia ellos y le toco la espalda a la persona que supuestamente me quería. Se da la vuelta y su cara se descompone al darse cuenta de todo. Lo siento, demasiado tarde.

- ¿Os divertís, no? Bueno, no os molesto más. Hasta nunca, Jason. –Le espeto.

Salgo lo más rápido posible de allí. Hace un frío terrible, pero de todas maneras sigo casi corriendo por las calles intentando borrar esa imagen de mi mente. ¿Por qué cojones me ha hecho esto, eh? ¿Por qué? Me paro en seco. Si no voy a casa, no tengo a donde ir. Miro al cielo, se avecina una tormenta, así que dejo a un lado mi orgullo y voy a la casa en la que esta noche tendré que enfrentarme a lo más duro, ver a Jason.

*Narra Jason, mientras que Nicol estaba en el baño*

Mi peque se acaba de ir al servicio. Siento haber estado tan distante con ella, pero hace mucho que no veo a Caroline. Cuando venga le pediré disculpas y le haré más caso.
- Jason, toma. Bebe esto. Está de muerte. –Musita.
Me pasa un vaso con una bebida de muchos colores. No sé ni por qué, pero la cojo con una mano y me la bebo toda de un trago. Noto como quema mi garganta y la cabeza me da aún más vueltas. Todo se cubre con una neblina que no me hace darme cuenta de casi nada. No sé lo que hago. Nada me hace despertar, hasta que me encuentro besándome con Nicol mientras que tengo las manos en su trasero. Y justo cuando me voy a apartar, alguien me de un toque en mi espalda. Me doy la vuelta rezando porque no sea Nicol. No, no puedo ser ella. Pero todas mis oraciones se van a la mierda cuando la veo ahí. Con los ojos brillando de tristeza. Mi impulso es abrazarla, pero antes de que pueda, me dice las palabras que más me han dolido en mi vida.
- ¿Os divertís, no? Bueno, no os molesto más. Hasta nunca, Jason. –Me espeta.

Sale corriendo a Dios sabe donde. Y aunque no pueda ser consciente de mucho de lo que está pasando, salgo corriendo como puedo detrás suya. Mis piernas tienden a irse hacia los lados y parecen que de un momento a otro van a fallar. No me detengo. Pero unas calles más allá, pierdo la esperanza de encontrarla. Supongo que irá a casa…
Me siento en un banco que hay por ahí y me golpeo la cabeza con la mano. La apoyo entre mis rodillas y comienzo a notar como las lágrimas se deslizan por mis mejillas.
¡Joder! ¡¿Pero qué coño me ha pasado!? ¡Yo jamás haría algo así! ¿Y si no la recupero? ¿Y si coge un avión de vuelta a Londres y no la vuelvo a ver jamás? ¿Y si nunca me perdona…?
- ¡Mierda, joder! –Grito.
Doy un fuerte golpe al banco con la mano. Tengo la respiración muy agitada.

Tras una hora, más o menos, tras haber mejorado de cómo me encontraba, me doy cuenta de que llorando aquí, no voy a solucionar nada. Ya sé que es lo que me pasó: la bebida. Caroline lo tenía todo preparado. Ella quería que Nicol lo viese todo, pero… ¿por qué?
A paso ligero llego a casa. No hay ninguna luz encendida, y eso hace que mi angustia se agrave de una manera considerable. Lo más rápido posible, y con manos temblorosas, abro la puerta. Intentando no hacer mucho ruido enciendo la luz y subo las escaleras. Veo que una luz sale de por debajo de la puerta del baño. Suelto un suspiro. No le ha pasado nada. Camino hasta ahí. Inspiro, tomando fuerzas. Doy unos toques a la puerta.
Al ver que nadie me responde, pregunto.
- ¿Nicol? –Cuestiono, en un hilo de voz. Aún sigo llorando.
Pasan unos segundos. Dos como mucho. Pero tiempo suficiente para que mi preocupación sea máxima.
- ¿Qué? –Espeta, pero a la vez con la voz resquebrajada.
Sé que eso solo ocurre cuando llevas mucho tiempo llorando. No me guste que llore, joder, no me gusta nada. Una lágrima sale rápidamente al escuchar su voz.
- Sal, por favor. –Digo, en el mismo todo de antes.
Se niega.
- No.
Suspiro, ahora de tristeza.
- Nicol, en serio, no fue lo que parecía…–No me permitió terminar.
Abrió la puerta. Su cara estaba roja. Tenía los ojos hinchados de llorar, marcas de lágrimas en las mejillas y aún lloraba.
- ¿Qué no fue lo que parecía? Mira, Jason, la estabas besando. La estabas tocando el trasero. Y según parecía, estabas encantado. ¿Me vas a decir que estoy loca, y qué lo que vi está mal? Porque creo que está más que claro que estoy en lo cierto. –Se sorbió la nariz. Paró un segundo, y continuó. – No sé por qué. Quizás tus ‘te quiero’ y todo aquello, fueran mentiras. O simplemente que al ver a la Barbie esa se te fuera todo. Pero en cualquier caso, no te quiero ver. Y no te atrevas a decir que no era lo que parecía, porque sabes perfectamente que es cierto.

Y nada más decir esto se metió en la habitación de invitados y cerró de un portazo la puerta. Yo, me quedé ahí un rato. Analizando lo que había dicho. Al final, acabé yendo a la cama. No podría dormir, pero por lo menos, lo intentaré. Lo admito, soy un total y auténtico gilipollas. La amo en serio, pero no creo que me perdone. Estuve pasando de ella toda la noche, y besé y manoseé a otra chica. No, no me va a perdonar. ¡Joder! Le doy un golpe a la mesita de noche. No puedo vivir sin ella. Pero no creo que ella pueda vivir conmigo. Y así paso lo noche, consumiéndome un poquito cada vez más por dentro, pensando que el amor de mi vida, no me va a volver a querer nunca más.

__________________________________________________________

¿Qué pasará, qué pasará?
Sieeeeento mucho el retraso, en serio. A partir de ahora, intentaré subir más amenudo.
Espero que os gustara mucho. :)
Uniros: http://www.tuenti.com/#m=Page&func=index&page_key=1_2122_74304734
Os aaaamo.

sábado, 4 de febrero de 2012

Capítulo 20.


· Juneau – Alaska. Dos meses después.

|Narra Jason|

 Me llevo una mano a la cabeza. Hoy, estoy feliz. Pero a decir verdad, ¿qué razón tengo para no estarlo? Ninguna. Estos dos meses han sido los mejores de mi vida con diferencia. Junto a Nicol, Clara y mi hermano Alex.
Ahora mismo mi pariente y su novia se han ido de vacaciones juntos dos meses a ‘demostrarse su amor’, así que Nicol y yo estamos solos desde hace dos horas.
Subo arriba, donde mi novia se ha encerrado a estudiar desde que se levantó. Tiene los exámenes finales dentro de tres días y, por lo que he visto, está bastante nerviosa.
Paso la puerta de su habitación y me acerco intentando hacer el menos ruido posible.
- Cariño, llevas aquí seis horas estudiando…–Musito en su oído. Noto como se estremece. – Venga, baja un rato conmigo a la salita y descansas.
Suspira.
- Es que no puedo…–Masculla. – Tengo que seguir estudiando…
- ¿Qué? ¡Pero si llevas estudiando todo el día! –Digo levantando las cejas, pero aún susurrando.
- Pero…–La interrumpo.
- No vas a ir por tu propio pie, ¿cierto?
Niega con la cabeza mostrando una mueca en su cara.
- Bueno, pues… –Digo y sonrío.
Con una maniobra la levanto de la silla y la cojo en cuello.
- ¡Jason! ¡Suéltame! –Exclama dándome pequeños golpecitos en la espalda.
- No, no. –Digo.
Comienzo a bajar las escaleras con ella encima propinándome puñetazos suaves. Que pena que sea lo suficientemente fuerte como para que sus golpes no me hagan daño…
- ¡Pero Jason! –Vuelve a decir con un alto tono de voz. – ¡Tengo que seguir estudiando! –Musita molesta.
- Ya te lo dije antes: Llevas todo el día estudiando. Ya es hora de que tomes un descanso. –Le recuerdo mientras que la poso suavemente en el sofá, sentada.
Ella aprovecha ese momento para intentar salir de allí y correr hacia arriba. Pero claro está que no la dejo. Antes de que pueda avanzar apenas dos metros la cojo de nuevo y la tumbo en el sofá, quedándome yo arriba suyo pero sin apoyar mi peso sobre su cuerpo.
Elevo una ceja.
- Creías que te podrías escapar, ¿eh? –Le susurro muy cerca de su cara, haciendo que mi aliento choque contra el suyo. – Pues como ves, no están fácil…
- Jason… -Intenta empezar a decir.
Pero no la dejo continuar y hago un cambio de posición. La incorporo un poquito, lo suficiente para que se sostenga y darla un fuerte abrazo. No sé el por qué, pero lo necesito. Ella se queda paralizada unos instantes, pero luego parece comprender la situación y me rodea con lo brazos, apretándome con ganas contra su cuerpo.
Nos acabamos separando.
- Oye… -Musita. - ¿Y si nos vamos hoy de fiesta? –Propone.
- ¿De fiesta? –Pregunto confuso mientras arrugo el ceño.
- ¡Sí! –Exclama. – Últimamente hay mucha más marcha, y hay unas cuantas discotecas que están guay. ¿Qué te parece? –Dice ilusionada.
Comienzo a pensar… Ya que se ha animado a hacer algo que no sea estudiar, y que encima le apetezca, deberíamos ir. Porque es que también, con todo esto de lo de que yo antes era un criminal, no hemos salido casi nada… La verdad, nos vendría bien a los dos salir un poco y pasarlo bien.

El problema es que no sabían lo mucho que se equivocaban con esa idea. Puede que todo, al final, volviera a la felicidad de ambos. Pero… No, definitivamente, no va a ser la opción más acertada.

- Venga, vale. –Susurro en su oído y le acaricio la espalda. – Pero todavía es pronto, ¿vemos la tele? –Musito otra vez, de la misma manera.
- Sí…–Dice y nos hecha a los dos hacia atrás, apoyándose en mi pecho.
Al no echar nada interesante en la televisión, decido poner un canal cualquiera y hablar. Pero ella se me adelanta.
- Oye, Jason…–Masculla y me mira con los ojos brillantes.
En estos momentos, me dan ganas de secuestrarla y llevarla muy lejos. A otro país, a otro lugar. En uno en el que solo estemos ella y yo. En el que nada nos pueda separar y que, ni si quiera, nos dejemos de abrazar, de besar.
Este mundo… Este mundo no está hecho para el amor. Pero aún así, los humanos, seres egoístas para lo que queremos y caprichosos, lo intentamos. El problema es que la sociedad nos impide ser felices de una manera no solitaria. ¿El trabajo? Nos distancia. ¿La clase social? Nos impide estar juntos. ¿Las clases? Nos separa. ¿La política? Nos arruina. ¿El resto de la gente? Simplemente, nos molesta. ¿Por qué todo tiene que ser así? Si alguien tiene la respuesta, por favor, que me la dé. Porque quiero encontrar una solución, lo más pronto posible.
Suspiro.
- Dime, mi vida. –La vuelvo a mirar, mientras que en mi cabeza retumban todas las palabras de mi pensamiento anterior.
- ¿Tú… tú recuerdas la primera vez que nos vimos?

|Flashback|

Entonces, algo se activa. Un 'click' se oye en ese corazón que nunca a sentido nada. Solo cierta satisfacción cada vez que le daba una paliza a algún que otro gilipollas. ¿Es cierto? ¿Estoy viendo lo que yo creo que estoy viendo? No, es imposible. La sigo atentamente con la mirada y veo cómo se adentra en la tienda de la esquina. La que tiene una cola enorme. ¿Hago una locura? Sí. Y no será la primera, ni la última.

|Fin del flashback|

“Y para no acordarme…”
- Claro, ¿cómo pensabas que me iba a poder olvidar de ello? –Digo.
- No sé… Por eso preguntaba. –Suelta una pequeña carcajada tímida.
Sonrío.
- ¿Y tú? –Le cuestiono.
- Claro que sí. –Dijo rápidamente, sin darme tiempo a pensar que no era así. – Eres tonto. –Me dice. Arrugo el ceño. - ¿Cómo se te ocurre ‘atracar’ una tienda, para acabar secuestrándome? –Dice, abriendo exageradamente los ojos mientras que ríe.
- Bueno… ¿Si no nos hubiésemos conocido, no? –Afirmo. – Pues entonces, les doy gracias a los atracos. –Le guiño un ojo.
Pasan unos minutos y decidimos irnos a cambiar. Ambos subimos arriba. Me ducho y me pongo unos pantalones grises algo ajustados con una camiseta negra ceñida y una chaqueta de cuero negra también. Todo bien acompañado con unas deportivas del mismo color de mi ‘chupa’.
No he tardado mucho, y como sé que a Nicol, siendo como es, aún le queda un buen rato, decido bajar al salón y sentarme en unos de los sillones. Veo un rato la tele tranquilamente cuando oigo que alguien baja las escaleras. Me levanto y dirijo mi mirada hacia ellas. Y la veo. Tan hermosa como siempre. Con una falda de estampados florales bastante corta, una camiseta ajustada negra y unos tacones altos también negros, todo acompañado de un bonito bolso blanco y un gancho en el pelo.
- Preciosa. –Susurro tras haberme acercado a ella.
Se sonroja. Creo que nunca le he dicho que amo cuando lo hace, pero aunque no lo sepa, es más que cierto.
Le beso tiernamente en los labios y salimos. La discoteca está a apenas cinco minutos andando de casa, así que vamos a pie.

Pero no saben lo mucho que se están equivocando yendo allí esta noche…
                                                                                     
___________________________________________________________________________________
¡Eeeeeespero que os haya gustado! Por cierto, aviso de que queda muy poco para que termine la novela, ¿si? Bueno, que eso, que me comentéis en el tuenti, poooooorfi: Rosa Horan Beadles.
Osquuuiero(L)

domingo, 22 de enero de 2012

Capítulo 19.

|Narra Jason|

Abro lentamente los ojos al sentir que ya es de día. Miro a todas partes, y no encuentro a Nicol. Recuerdo que es sábado, así que debe de estar en casa. Me apoyo sobre mis codos y sacudo la cabeza. Me levanto y me meto en el baño.
Al salir, bajo corriendo a bajo. Miro a mi derecha y la veo. Me acerco y la abrazo por detrás.
- ¿Qué tal se ha levanto hoy mi amor? –Pregunto, dándole múltiples besos por toda la cara.
- Pues ella no sé, pero yo muy bien. –Soltó una pequeña carcajada delatadora.
Nos sentamos a desayunar. Tras haberlo hecho, recibo una llamada de mi hermano Alex.
- ¿Bro?
- ¡Man! ¿Adivina quienes están en la puerta de tu pedazo de casa?
-No sé… ¿los Reyes Magos? –Digo de broma, sin reírme.
Mientras, camino hacia la puerta. Nicol me sigue, extrañada ya que no sabe nada de lo que está pasando.
- No. –Suelta una sonora carcajada.
- ¿Papá Noel? –Río, ya con la mano en el manillar de la puerta princpal.
La abro, y ahí está mi hermano junto con su novia Clara.
- Ah, eras tú. –Digo con un tono, aparentando indiferencia. Todo lo contrario a lo que ahora mismo estoy sintiendo.
- Sí. –Frunce el ceño, mirándome mal.
Esbozo una sonrisa enorme y, tras colgar el teléfono, me tiro a él, abrazándolo.
Al separarme de él, Nicol me mira extrañada. Pero al segundo lo comprende todo y sonríe de oreja a oreja.
- Mira, Nicol, este es Alex, mi hermano. –Digo feliz. Muy feliz.
- Encantada. –Dice en un tono alegre. Se acerco a él, y le da dos besos.
- Igualmente. –Dice mi hermano, sonriendo.
- Y esta es Clara. –Las presento. Ambas se sonríen al instante y se abrazan.
Pasamos al salón y nos sentamos en los sofás. Nicol y yo juntos y Clara y Alex, también. La abrazo fuerte. Estoy muy contento, y creo que lo están notando.
- Bueno, ¿hacemos algo? –Pregunta Clara.
- ¡Venga! –Exclama Nicol y se levanta de mi lado, dándome un susto.
Suelto una risita.
- Vale. –Nos levantamos los dos chicos. - ¿A dónde queréis ir? –Pregunto.
- ¿Vamos al parque de atracciones? –Cuestiona Nicol.
- ¡Sí!
- Pues vamos.
Salimos todos por la puerta, riendo como amigos de toda la vida. Miro a las chicas. Están hablando tranquilamente, como si llevaran siendo amigas años. Me alegra que se lleven bien, porque van a tener que estar juntas mucho tiempo.
- Eh, bro. Os quedaréis en casa, ¿no? –Le pregunto.
- Bueno, si no molestamos… -Dijo dándole a todo un doble sentido.
Abro los ojos como platos. La verdad es que todavía no… no… no eso. Y por mucho que me sorprenda, no me importa. Creo que podría pasarme así mucho tiempo más. Algo que hace poco tiempo, antes de conocerla, yo no podría hacer. Ella… ella me ha cambiado.
- Pues no. –Suelto una risa.
- Pues nos quedamos. –Dice, sonriendo.
- ¡Llegamos! –Exclaman las dos a la vez. Parecen niñas pequeñas. Me encanta.
Cogemos las entradas y entramos. Alzo la vista y veo una montaña rusa enorme, que da un millón de vueltas. Mientras que nosotros la miramos deseosos, ellas la miran asustadas. No creo que se quieran subir. Si os digo la verdad, la mayoría de los tíos ‘malos’ con los que alguna vez fui por ahí, también se habrían cagado al verla.
- ¡Venga, motemos! –Grita Alex.
- ¿Qué? –Dice Clara abriendo exageradamente.
- No, no y no. –Asegura Nicol.
- ¿Por qué? –Pregunto divertido.
- ¿Pero tú viste cómo es? –Me repica mi novia. – Que no, que si me quiero suicidar lo hago de una manera menos dolorosa, no así.
Sonrío negado con la cabeza. No tiene remedio. Exagera, a veces, exageradamente.
- Anda, venga, deja de decir tonterías. ¿Qué nos va a pasar? Y encima, yo te protejo. –La guiño un ojo y sonrío.
- Eso. –Me apoya mi hermano, mirando a Clara.
Y Dios sabe como, las acabamos convenciendo. La cola no era muy grande, así que en unos minutos, ya nos toca subir. Nicol me mira asustada, tras haber vuelto a mirar a la atracción de cerca. Acojona, sí.
- Pónganse por parejas. –Nos dice el señor que cuida la entrada.
Entonces, Nicol me agarra fuerte el brazo. Lo mismo que hace Clara con mi hermano. Nos subimos en nuestros respectivos asientos y, al minuto, comienza a moverse. No a soltado mi brazo desde que me lo cogió, y lo admito, me gusta que lo haga. Siento que puedo protegerla, y por muy raro que suene, es una sensación que me reconforta.
La atracción solo dura unos minutos, pero creo que ellas dos se han quedado afónicas. Han gritado como nunca he oído hacer a nadie, y eso es mucho decir teniendo en cuenta lo que yo hacía antes de todo esto.
Estoy mareado, pero no creo que tanto como ellas. Salimos de allí, tambaleándonos un poco. Y aunque no me encuentre muy bien, tengo que decir que decir que amo la adrenalina que sentí ahí arriba. Era como sentirse libre. Como si nadie pudiera decirte ni obligarte a nada. Solo el aire en la cara, y… claro, Nicol quitándome la circulación en el brazo izquierdo.
- ¿Qué? ¿A qué no fue tan malo? –Les pregunto intentando no perder el equilibrio.
- Oh, oh… -Murmura Clara.
Alex y yo nos miramos con el ceño fruncido, sin entender. Pero parece que Nicol sí que comprende la situación y rápidamente la agarra el pelo en una cola mientras que ella vomita. Creo que a lo mejor, no ha sido tan buena idea subir…
- Sí, ya. –Dicen ambas con ironía, Clara tras haberse limpiado la boca.
Después de este incidente, comemos. Montamos en algunos aparatos más hasta que Nicol y Clara nos arrastran, casi literalmente, hacia la noria. En serio, no entiendo la manía que tienen con ella, pero bueno.

|Narra Nicol|

Nos montamos en la noria. Aún recuerdo cuando vivía en Londres… Su noria sí que era preciosa. Recuerdo que de pequeña siempre obligaba a mis padres que me llevaran a montar en ella, cuando en el colegio había sacado una buena nota. Ellos al principio se negaban, pero al final, siempre acabábamos montándonos todos juntos. Y… ¿Cómo estarán? Ellos no tuvieron la culpa de que yo me escapara, sin decirles nada. Ellos me trataron toda mi vida lo mejor que pudieron, y gracias a ello había sido feliz. ¿Habrán regresado a casa? Lo más seguro… ¿Estarán preocupados? ¿Creerán que son malos padres, y que por eso ya no estoy allí? ¿Creerán que me han secuestrado? ¿Creerán que todo es un sueño? Puede que lo hagan todo a la vez. Estarán confusos… La última vez que hablé con ellos fue hace una semana y bastante, si no me equivoco. Tuvimos una conversación de lo más normal. Me preguntaron como estaba y que si necesitaba que volvieran. Les dije que todo estaba bien… Pero ahora, pensarán que eso no es así.
Me encantaría poder hablar con ellos. Decirles que nada de esto es culpa suya. Que los hecho de menos y, sobre todo, que los quiero mucho. Pero de momento, eso no puede ser…
- Cariño, ¿estás bien? –Me pregunta Jason, acariciándome el brazo mientras que estábamos sentados en los asientos de la noria.
Le miro. Por mucho que eche de menos a mis padres. Por mucho que añore a mi ciudad. Por muy mal que me sienta en este mundo. Todo me da igual cuando él está conmigo. Y eso hace, que me alegre de haber venido. Escaparme con él, ha sido, seguramente, lo mejor que podría haber hecho en mi vida. ¿Por qué? Porque le amo.

__________________________________________________________________________________

LO SIENTO. SORRY. DÉSOLÉ. JAMMER. VJEN KEQ. TRAURIG. UNDSKYLD.
Eeeeeso, que LO SIENTO MUUUCHO por haber tardado tanto. D:
Bueno, espero que os haya gustado, ¿si?
Uniros: http://www.tuenti.com/#m=Page&func=index&page_key=1_2122_74304734
¡Gracias por todo!
¿Os gusta One Direction? Entonces... ¿Podéis verlo?
http://youtu.be/KachYQMbYkc
Os amo♥